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Cotopaxi

Cotopaxi: un volcán en el centro del equilibrio.

ECUADOR

Luego del descubrimiento de América, cuando los conquistadores españoles llegaban a este continente trayendo consigo los caballos, se cerraba un círculo que se había iniciado hace unos cincuenta y cinco millones de años. Y es que fue justamente en América del Norte en donde aparecería el Eohippus, un mamífero del tamaño de un perro pequeño, del que se supone que descienden todos los équidos posteriores. A lo largo de millones de años, el Eohippus fue evolucionando, aumentando de tamaño y modificando sus patas hasta perder los dedos y tomar la forma de casco, que le permitiría correr a mayor velocidad y así escapar de los depredadores.

Pero hace unos quince mil años, cuando se formó el Puente de Beringia, por donde los humanos transitarían hacia América, los caballos harían lo mismo pero en dirección contraria, extinguiéndose finalmente en esta parte del mundo hace unos diez mil años.

Pero al volver a América, los caballos se iban escapando de las haciendas y formando sus propias manadas silvestres, como los mustangs en Norteamérica, los cimarrones de la Patagonia chilena y Argentina o los asilvestrados caballos del Parque Nacional Cotopaxi, en Ecuador.

Y es justamente en el Cotopaxi, a donde el caballo ha llegado, digamos pues, luego de un recorrido de 360 grados, en donde su presencia supone un posible desbalance. Por un lado, su permanencia en el parque nacional pone en riesgo el ecosistema de páramo andino ecuatorial, pero por otro, el caballo es una de las principales fuentes de alimento del cóndor andino, a punto de extinguirse en Ecuador.

Es este tipo de dilema el que le da su verdadera magnitud a la palabra equilibrio. Hay que ser muy cuidadoso al momento de inclinarse hacia un lado o hacia el otro, no vayamos a perderlo.

Bienvenidos a Go Latin America Podcast, soy José Lahura.

La cordillera de los Andes recorre Ecuador de sur a norte, dividiendo el país en sus tres regiones principales: costa, sierra y oriente. A lo largo de 350 kilómetros de esta franja montañosa se encuentra la Avenida de los Volcanes, en donde una veintena de volcanes, algunos aún en actividad, crean un escenario singular. Entre estos se encuentra el Cotopaxi, el volcán sagrado de los incas.

Marco: Al ser un cono casi perfecto, al estar cubierto de nieve, al sobresalir del resto de montañas y volcanes, pues es sumamente admirado por propios y extranjeros.

Él es Marco Peralvo, guía de Metropolitan Touring en Ecuador.

Marco: Yo diría que es el volcán más conocido del Ecuador. Sin embargo, que no es el más alto, pero su belleza es única en realidad.

Este volcán, que es la figura central del Parque Nacional que lleva su nombre, aún se mantiene activo, y si bien su última gran erupción fue en 1877, no se sabe a ciencia cierta en qué momento la actividad volcánica de su interior se hará escuchar nuevamente.

Marco: Muchas veces la erupción en sí, la lava o el material piroclástico no es tan perjudicial o tan peligrosa para el ser humano o para el medio alrededor del volcán, pero el lahar sí.

Un lahar es una avalancha que viene cargada de mucha agua y material volcánico. Al ser un volcán nevado, durante la erupción el glaciar se derrite, creando una suerte de río de piedras que baja a grandes velocidades, arrasando todo a su paso. En caso de una posible erupción, los lahares del Cotopaxi seguirán los cauces de los ríos, afectando poblados y ciudades, y alguno se dirigirá hacia el Océano Pacífico, distancia que podrá recorrer en menos de 24 horas.

ceniza producto de una posible erupción del Cotopaxi puede afectar la vida de las personas alrededor del parque e incluso de los habitantes de Quito, la ciudad capital de Ecuador, hay que tener en cuenta que toda esta actividad volcánica de los cerca de 250 volcanes de todo el país, es justamente la que ha hecho de Ecuador un país tan rico y hermoso en términos de biodiversidad y paisajes. Por más duro que parezca, si bien la ceniza proveniente de un volcán puede arruinar las cosechas del año, dicha ceniza funciona como un fertilizante natural que asegurará excelentes producciones agrícolas para los años venideros, siempre y cuando se hagan con la asistencia técnica necesaria.

Pero el Cotopaxi, al ser la estrella del parque, también es la fuente de experiencias emocionantes y de gran aventura, incluyendo actividades de ciclismo, en especial el downhill biking, en donde las bicicletas son transportadas hasta una altura de 4,600 metros y desde ahí el visitante puede bajar por senderos establecidos hasta las faldas del volcán. Con ropa de abrigo y la protección necesaria, la travesía permite al turista tener una hermosa imagen de todo el parque, sentir un poco de adrenalina y ver cómo va cambiando el paisaje a medida que se va bajando de altitud.

Otra de las actividades que se puede realizar es escalar el volcán. Lógicamente esta no es una actividad que todos los visitantes están dispuestos a realizar, en especial porque tiene dificultad media, haciendo que solo el 30% de las personas que lo intentan logran llegar a la cima. Debido a su dificultad y a las regulaciones del gobierno, por cada dos escaladores es preciso llevar un guía. La escalada dura unas seis horas aproximadamente, pero se inicia a las doce de la noche, ya que los rayos del sol derriten un poco el hielo y la

nieve durante el día, haciéndolo imposible de subir. Así, con la salida del sol los aventureros ya están emprendiendo el retorno.

Pero la importancia del parque radica en un tema crucial para el sostenimiento de la región.

Marco: Una importancia sumamente alta es el aprovisionamiento de agua para grandes ciudades. Ciudades de aquí como Quito, Cuenca, ciudades muy importante andinas son alimentadas de aguas de los páramos. Entonces al conservar este ecosistema también estamos dotando de agua a los asentamientos humanos que tenemos a lo largo del callejón interandino. Y hay muchas formas de dañar el páramo, de destruir al páramo y eso es lo que se está evitando al crear estos parques nacionales.

Incluso en las épocas en donde no llueve, la neblina y humedad es captada por la flora y por los suelos, y a forma de esponja va acumulando el agua en pequeños riachuelos y forma diversas lagunas que, aunque pequeñas, son vitales para las plantas, aves y mamíferos que suelen habitar a sus alrededores. Una de estas, la laguna de Limpiopungo, a pocos minutos de la entrada al parque, cuenta con un sendero y permite ver de manera sorprendente, al Cotopaxi reflejado en sus aguas creando un rombo casi perfecto.

Junto con el Rumiñawi y el Morurco, estos tres volcanes se encuentran en la cima de un ecosistema singular llamado páramo andino ecuatorial, que se inicia a los 3,400 metros sobre el nivel del mar y termina a los 4,500. Un poco más arriba se inicia el glaciar.

Marco: Al estar en la latitud cero pues no tenemos estaciones, todo el año es muy similar, lo único que cambia es mayor o menor pluviosidad, pero luego las temperaturas y las condiciones son exactamente las mismas a lo largo del año.

La cantidad de luz es siempre la misma: doce horas de día y doce horas de noche. En el resto del planeta, a esta altura el paisaje es árido y rocoso, carente de vida, pero lo que vemos acá es un ecosistema muy diverso y rico en flora y fauna. Durante miles de años, las especies vegetales se han ido adaptando a este clima constante en el año pero cambiante a lo largo del día. Con temperaturas que varían desde los 18 grados centígrados al mediodía hasta menos cinco en la madrugada y vientos fuertes y helados, las plantas tienen muy baja estatura, casi se podría decir que son rastreras, y sus colores, vellosidad y textura son especiales para reflejar la radiación solar y evitar la pérdida de agua en su interior.

Y donde hay vegetación hay insectos, y donde hay insectos hay aves y todo tipo de vida silvestre. Con más de una veintena de especies endémicas, en el parque podemos encontrar al pato andino, águilas y colibríes. Incluso se puede avistar la gaviota andina y si hay mucha suerte el cóndor. Entre los animales habitan el puma andino, el oso de anteojos, el tapir, el lobo de páramo o el venado de cola blanca, que habita en todo el

continente americano. Pero al ser animales solitarios y territoriales, su avistamiento es muy difícil por parte de los visitantes. A quienes podemos encontrar con cierta facilidad cerca de las lagunas son manadas de caballos asilvestrados y ganado bravo.

Marco: El ganado, los caballos, pues al pisotear el páramo dañan esta capacidad esponjosa del páramo, ¿no es cierto? Pero al mismo tiempo se vuelve atractivo en el turismo porque a veces encuentras a los chagras, que son los, los… los, eh… los vaqueros andinos que vienen en busca de su ganado y a sacarles del parque nacional.

Estos animales además arrancan las plantas como parte de su alimentación, y el estiércol que producen suele contaminar los cuerpos de agua, contaminación que luego se filtra a las quebradas y a las fuentes de agua para el consumo humano. Es por eso que hace quince años se inició el retiro de estos animales de la zona sur del parque. Pero esto trajo consecuencias inesperadamente desastrosas.

El ave nacional de Ecuador es el cóndor andino, motivo por el cual se encuentra dibujado incluso en el escudo de la nación y juega un rol muy importante en la mitología y el folclor de toda la región andina. Sin embargo, en la zona norte de América del Sur su población ha ido disminuyendo con los años y en la actualidad

se calcula que en Ecuador quedan solo 150 especímenes. El cóndor es un ave carroñera, es decir, se alimenta de animales muertos. No es sorpresa entonces que cuando retiraron a los caballos de la zona sur del parque, el cóndor desapareció con ellos, ya que su fuente de alimento principal es cuando uno de éstos muere.

Marco: Pero desapareció. Ahí había una buena, un buen grupo de cóndores, me parece que como ocho, y ahora se les ve así de vez en cuando un par volando.

Actualmente el Ministerio del Ambiente, junto con el de Turismo, están intentado crear un plan de disminución de la carga animal en el parque, realizando censos y replicando experiencias en otros lugares. Por ejemplo, en el Parque Nacional Antisana, ubicado al nor-este del Cotopaxi, se redujo la cantidad de caballos y ganado y así los otros mamíferos empezaron a ocupar el territorio, haciendo que poco a poco vuelva el cóndor. Pero no todas las experiencias son iguales, y el medio ambiente es un sistema muy frágil con el que no se puede jugar.

Marco: La pandemia nos ha llevado hacia el campo, pero también espero que…, el trabajo es arduo dentro de los parques nacionales, tratan de explicarles, de darles una pequeña charla, de darles una pequeña charla de educación ambiental, de que recojan su basura, de que no pisen las áreas de anidación, de que no se salgan de los senderos. Un poquito, la pandemia ha hecho que al tener esta acumulación de gente ha hecho presión en los personeros del parque nacional a que enseñen a la gente a cuidar el medio ambiente.

Entre el cambio climático que ha hecho retroceder de manera acelerada al glaciar de los volcanes, las decisiones del gobierno respecto a la carga animal del parque y las consecuencias de la pandemia, el Cotopaxi tiene un futuro en el que todos, las autoridades, los científicos, las universidades, los operadores de turismo y el turista en sí, debemos asumir la responsabilidad de preservarlo. Para preservar el equilibrio ambiental, es necesario ser parte de la balanza.

Go Latin America Podcast es escrito y producido por mí, José Lahura, con el apoyo de Narowé Lahura en la postproducción. Para este episodio agradecemos a Maité Paz y Marco Peralvo de Metropolitan Touring. Si deseas más información acerca del Parque Nacional Cotopaxi, planes de viaje, costos y protocolos sanitarios, comunícate con tu Go Assistant y planea tu viaje de manera personalizada. Somos una producción de Go Latin America Club, tu viaje empieza cuando lo imaginas. Para más información ingresa a golatinamericaclub.com, es golatinamericaclub.com o descarga el app disponible para Android y Apple (go latin america club). Únete al club, tu próxima aventura la viviremos juntos.